Las altas temperaturas pueden afectar a tu coche de distintas formas, incluso provocar hasta averías. Antes de nada, si tienes previsto hacer algún viaje por carretera este verano y no utilizas el coche con frecuencia durante el año, te aconsejamos que por lo menos una semana antes lo arranques para comprobar si la batería tiene carga y des unas vueltas con él para probar si circula correctamente. Aunque no hayas hecho muchos kilómetros con tu coche, deberías comprobar también que tienes al día la revisión de mantenimiento ya que hay ingredientes como el aceite que deben ser sustituidos si ha pasado más tiempo del que indica el fabricante.
Una vez hayas salido de viaje, te damos los siguientes consejos para cuidar tu coche y protegerlo del calor en vacaciones.
La temperatura óptima para el motor es de unos 100ºC y para controlarla es muy importante hacer una revisión de los niveles porque un nivel bajo de anticongelante puede producir un exceso de calor en el motor y, en consecuencia, éste va a perder potencia.
Normalmente en vacaciones es cuando nos pasamos más tiempo al volante y después de unas cuantas horas circulando por el asfalto que está más caliente de lo normal por el sol, los neumáticos cogen mucha temperatura. Revisa la presión de las ruedas porque con el calor aumenta la presión del neumático y la sobrepresión puede derivar en una conducción peligrosa y un desgaste más rápido que hará que tengas que cambiar antes las ruedas.
En carretera, cuando vayas cuesta abajo utiliza marchas cortas para evitar pisar mucho el freno porque al frenar las pastillas de freno rozan contra los discos, la fricción genera calor y a este calor si le sumamos el de la temperatura exterior, hace que se sobrecalienten. Así el coche frena mucho menos de lo normal y los discos de freno pueden llegar a deformarse.
Por último, para cuidar el interior y la pintura del coche procura aparcarlo en zonas con sombra y acuérdate de meter un parasol en el maletero para proteger tu coche de los rayos del sol.
¡Buen viaje!